1. Fachadas
Los sistemas de aislamiento de fachadas aisladas por el exterior ROCKWOOL mejoran el rendimiento térmico, la seguridad contra incendios y la acústica del edificio, sin utilizar el valioso espacio del interior.
2. Cubierta
Una gran parte de la pérdida de energía de un edificio es a través del techo o la cubierta. Por lo tanto, es el primer lugar que debemos tratar de aislar para maximizar la eficiencia energética del edificio y reducir la dependencia energética. Una cubierta bien aislada puede reducir significativamente la pérdida de calor, lo que significa que el edificio permanecerá caliente durante más tiempo, incluso ante un corte de calefacción.
Al utilizar un material resistente al fuego como la lana de roca para aislar la cubierta, la seguridad contra incendios de tu edificio también mejora enormemente. Es posible integrar productos de aislamiento debajo de los sistemas solares y fotovoltaicos para ayudar a minimizar la pérdida de calor, mejorar la eficiencia energética y aumentar la seguridad mediante una mayor protección contra incendios.
3. Particiones verticales
El aislamiento de particiones interiores mejora el rendimiento energético y crea un hogar o entorno de trabajo confortable.
Al instalar un aislamiento de gran calidad en paredes interiores es una de las mejores maneras de evitar las pérdidas térmicas, ofrecer una mayor protección contra el riesgo de incendios y mejorar las capacidades acústicas.
4. Suelos y forjados
Los suelos y forjados forman parte de la envolvente térmica de los edificios y, por tanto, es importante aislarlos para obtener los mejores resultados de eficiencia energética.
Algunos espacios, como sótanos y estancias situadas sobre el parking, pueden tener mayores pérdidas térmicas. Cuando se construye sobre un sótano o un parking, el aislamiento garantiza una temperatura agradable y reduce el uso de energía.
5. Instalaciones
Con el fin de maximizar el rendimiento térmico de las instalaciones, y garantizar el confort acústico de los habitantes, se aplicará aislamiento en tuberías y chimeneas, así como en conductos de climatización, ventilación y saneamiento.
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