La contaminación acústica puede tener un impacto significativo en la salud de las personas. Aquellas personas que viven y trabajan en las ciudad son especialmente vulnerables a ello, según la Organización Mundial de la Salud (OMS)1.
Aunque no siempre es posible controlar los niveles de ruido en la misma fuente de origen, un aislamiento acústico de calidad integrado en el revestimiento del edificio sí que puede ser una solución muy valiosa.
Un aislamiento adecuado en la cubierta o en la fachada de un edificio puede bloquear el ruido externo del tráfico o los aviones.
Asimismo, el aislamiento en un edificio puede mejorar la privacidad y evitar las molestias que crean los sonidos procedentes de las viviendas adyacentes, como la música o las pisadas en el apartamento de arriba.
El aislamiento acústico, paneles o la lana de roca granulada, puede aplicarse para reducir la cantidad de ruido que penetra en un entorno laboral o una vivienda, siendo especialmente útil cuando se instala en suelos o paredes de separación entre espacios diferentes dentro de un mismo bloque de apartamentos o de un complejo de oficinas.
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