Dado que el agua caliente o fría recorre un trayecto considerable por todo el edificio, resulta crucial mantener la temperatura adecuada en la mayor medida posible. Durante este proceso, pasa por muchos espacios donde no existe calefacción o refrigeración adicional; lo que significa que las tuberías sin aislar pueden calentarlos o enfriarlos, con todas sus posibles consecuencias negativas.
Las tuberías necesitan diferentes niveles de rendimiento para mantener el agua caliente o fría:
- Agua caliente: el aislamiento previene pérdidas térmicas cuando el agua viaja desde una caldera o sistema de calefacción hasta los equipos de calefacción centrales.
- Agua fría: el aislamiento mantiene baja la temperatura, asegurando que se suministre a la temperatura necesaria.
- Agua de lluvia o residual: el aislamiento de la tubería de agua fría evita que esta se caliente.
En cualquier caso, un aislamiento eficaz significa que los sistemas de climatización no tienen que trabajar tanto para mantener la temperatura operativa de la unidad, por lo que se reduce el consumo de energía.
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