Los sistemas de fachadas revestidas, que incorporan un aislamiento y un revestimiento exterior, son una herramienta clave que permite evitar la máxima pérdida de energía posible en los edificios.
El uso de un aislamiento de lana de roca también optimiza la protección contra los daños causados por incendios y los ruidos procedentes del exterior.
Estos sistemas, formados por una solución multicapa que termina con una ‘segunda piel’, están creados un revestimiento, paneles aislantes y una cámara de aire que puede o no ventilarse.
El revestimiento vertical exterior actúa de filtro, y como frontera física, entre la envolvente del edificio y el exterior del mismo. El revestimiento de fachadas no solo se usa para proteger los edificios de las condiciones climáticas, sino también para determinar su apariencia estética.
Esta ‘segunda piel’ crea un canal sobre la fachada que permite que el aire pase a través de la cámara y, de este modo, mantenga las dos capas en buen estado.
Estos sistemas, que incluye tanto la fachada ventilada como el muro cortina, protegen a los edificios de los elementos y mejoran su aspecto, especialmente en aquellos casos en que también se necesita actualizar su estética arquitectónica
Los sistemas de revestimiento exterior de fachadas utilizan los materiales de aislamiento adecuados para fomentar la eficiencia energética, un factor realmente importante para el rendimiento de tanto las nuevas construcciones como de las rehabilitaciones de antiguos edificios.