ROCKWOOL Peninsular, la filial de la multinacional danesa, sigue su trayectoria desde 1989 creando soluciones sostenibles, confortables y seguras para todo tipo de edificios.
El grupo ROCKWOOL, líder mundial en soluciones de aislamiento, es proveedor mundial de productos, sistemas y soluciones de lana de roca volcánica para mejorar la eficiencia energética, las prestaciones acústicas y la seguridad contra incendios en los edificios y la industria. En 1991, el Grupo creó una organización local para el mercado español y portugués; ROCKWOOL Peninsular.
La primera incursión del grupo ROCKWOOL en España tuvo lugar en 1989 con la instalación de una oficina comercial en Barcelona, dependiente de Francia. En 1990 hubo un fuerte incremento de la actividad que impulsó la creación de Rockwool Ibérica, S.A., actual Rockwool Peninsular, S.A.U. como sociedad independiente de Francia y que, siguiendo los pasos de la Oficina de Barcelona, comercializa la mayor parte de los productos de la división de "Aislamiento" del Grupo.
Seguidamente, en 1991 fue muy importante la presencia de los productos ROCKWOOL en las principales construcciones levantadas con ocasión de los Juegos Olímpicos de Barcelona '92 y de la Expo de Sevilla.
En 1993 hubo el lanzamiento del Panel Conlit, el primer producto en España de Lana de Roca Volcánica especialmente diseñado para la protección contra incendios de estructuras y cerramientos metálicos. Y en 1998, empezó la extensión de las actividades al mercado portugués.
En 1999 se inicia la construcción de una planta productiva en Caparroso, Navarra. El proyecto contará con una inversión de 200 millones de euros y empleará a más de 200 trabajadores. La producción de esta planta irá destinada al mercado nacional y la exportación a Portugal y Francia; mercados que están en fuerte crecimiento gracias a 3 importantes factores: ahorro energético, aislamiento acústico y protección contra el fuego.
Finalmente, en 2001 entra en funcionamiento la fábrica de ROCKWOOL en España, en la que a lo largo de estos 15 años ha estado en constante progreso e innovación, adaptándose a los nuevos retos y necesidades del mercado, desarrollando nuevas soluciones técnicas gracias a la más avanzada tecnología.
La compañía destaca por su filosofía y sus valores de compromiso medioambiental y con el entorno, buscando nuevas soluciones basadas en la eficiencia como instrumento clave para el ahorro energético, y garantizando la preservación en todas sus actividades del medio ambiente.
De hecho, la lana de roca es un producto natural, y con unas propiedades aislantes únicas. Se obtiene por fusión diabática de roca volcánica, un recurso abundante y en constante creación en nuestro planeta, junto con piedra caliza y ladrillos de reciclaje (se utilizan y transforman más de 300.000 toneladas de residuos en un recurso valioso) con otras materias primas, a 1.500° centígrados.
En los últimos años, ROCKWOOL Peninsular ha recibido diversos reconocimientos entre los que destacan dos calificaciones DAP (Declaración Ambiental de Productos): En 2010 fuimos el primer fabricante de lana de roca en conseguir una ecoetiqueta EPD tipo III, y también conseguimos un certificado BRE (Building Research Establishment) de clasificación A+ y A por su gama de productos ROCKPANEL. El mismo sistema de ROCKPANEL cuenta también con la Selección Delta’12, concedida por ADIFAD.
ROCKWOOL también cuenta actualmente con la certificación internacional ISO 14001 (norma de Gestión Ambiental) que reconoce la importancia y el compromiso que la compañía tiene con el medio ambiente y el impacto del proceso en la zona.
Asimismo, durante estos años ROCKWOOL ha aportado sus beneficios a miles de viviendas, hospitales, hoteles, cines, escuelas, centros comerciales o industrias, y ha formado parte de proyectos arquitectónicos muy significativos. Ha sido también, el aislante escogido en destacados proyectos energéticamente eficientes.
Uno de los aspectos en los que más ha cambiado y evolucionado el sector de la edificación y vivienda en nuestro país en los últimos años ha sido el de la sostenibilidad medioambiental. En este sentido un buen aislamiento de la vivienda supone una de las mejores inversiones que se puede acometer para cuidar el entorno. Cálculos de ROCKWOOL respecto a 2015 indican que el aislamiento producido por la empresa durante el año ahorrará más de 200 millones de toneladas de CO2 provenientes de edificios y procesos fabriles en todo el mundo durante su vida útil.
A nivel de usuario, un buen aislamiento de la vivienda puede reducir la factura energética hasta en un 70% consiguiendo ahorro energético, evitando la utilización de combustibles fósiles y electricidad en la climatización de los espacios: calefacción y aire acondicionado.
