• El aislamiento de lana de roca se perfila como la solución más eficiente para ahorrar energía y reducir las emisiones de gases efecto invernadero.
• La compañía líder en producción de productos aislantes de lana de roca trabaja para ofrecer soluciones que permitan hacer frente al cambio climático, avanzar hacia una economía circular y mejorar el bienestar de las personas.
• En su compromiso con el medio ambiente, ha lanzado la campaña iRockGlobalGoals, que tiene como objetivo la sensibilización de los empleados en sus respectivas funciones para avanzar hacia la consecución de los objetivos globales (ODS).
ROCKWOOL, empresa líder en la fabricación de productos y soluciones de aislamiento de lana de roca, acaba de hacer público el “Informe de sostenibilidad 2018” en el que desvela los hitos conseguidos en materia social y medioambiental y plantea los retos futuros. Durante las últimas décadas, la compañía no ha cesado en su empeño de desarrollar nuevas e innovadoras maneras de hacer frente a algunos de los mayores retos a los que se enfrentan la sociedad actual, especialmente aquellos relacionados con el cambio climático y la urbanización.
“ROCKWOOL se ha comprometido con los 10 objetivos de desarrollo sostenible de la ONU (ODS), que nos sirven de plan para construir un mañana mejor. En 2018, hemos incrementado nuestra contribución positiva a los ODS a través del impacto positivo de nuestros productos y los esfuerzos que hemos realizado para minimizar la huella de nuestras operaciones”, declara Pedro Luís Fernández-Cano, Business Unit Director de ROCKWOOL Peninsular.
Dicho impacto positivo se refleja, por ejemplo, en el hecho de que el aislamiento de edificios vendido en 2018 ahorrará, a lo largo de su vida útil, 200 millones de toneladas de CO2. Lo que supone evitar 100 veces las emisiones generadas durante su producción.
Además, la compañía presenta seis objetivos operacionales de sostenibilidad para 2030 relacionados con la energía, el clima, el agua, los desechos, la gestión de residuos y la seguridad, que han sido definidos por ROCKWOOL para reducir el posible impacto negativo de sus operaciones y alcanzar así diez de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Este año ha sido la primera compañía en ser evaluada por la herramienta SDG Trucost, que analiza cuantitativamente el rendimiento de las empresas en relación con los ODS de Naciones Unidas. ROCKWOOL obtuvo la máxima puntuación, ya que el 100% de los productos del grupo obtuvieron una clasificación ODS positiva.
El combate contra el cambio climático
El cambio climático es un fenómeno innegable hoy en día al que solo podremos hacer frente si avanzamos hacia una economía descarbonizada. Es necesario, por tanto, tomar medidas para reducir el consumo de energía. En este sentido, el aislamiento térmico hace tiempo que está considerado como un elemento crucial para el futuro del consumo energético y para el cumplimiento de los objetivos de reducción de los gases de efecto invernadero.
La rehabilitación de los edificios con materiales aislantes como la lana de roca se perfila como una de las soluciones más económicas para ahorrar energía y, por lo tanto, reducir las emisiones de CO2 y la contaminación del aire. En 2018, ROCKWOOL colocó la rehabilitación en su agenda, empezando por una acción de concienciación global durante la Climate Week celebrada en Nueva York el pasado mes de septiembre.
Además, para ayudar a las ciudades a implementar la rehabilitación a gran escala y reducir las emisiones de carbono, la compañía está colaborando con C40, una red formada por las mayores urbes del mundo que se muestran comprometidas con la lucha contra el cambio climático.
Avances hacia una economía circular
El mundo ha experimentado un crecimiento sin precedentes en las últimas décadas, lo que ha ejercido una enorme presión sobre los recursos y ha causado daños en el medioambiente a nivel global. Para hacer frente a estas problemáticas, ROCKWOOL ha adoptado un modelo de negocio de economía circular. El hecho de que la lana de roca sea un material 100% reciclable permite convertir los residuos en nuevas materias primas y recuperar y reciclar productos usados y residuos de obras de construcción. Esto contribuye a reducir el consumo de recursos y el vertido de residuos.
En 2018, por ejemplo, ROCKWOOL consiguió reciclar 130.000 toneladas de lana de roca y ya ofrece un programa de reciclaje en 10 países, cifra que se comprometen a incrementar hasta los 30 en 2030. También se está trabajando para reducir los residuos que se llevan al vertedero, la cantidad de agua consumida y la energía y la intensidad del carbono en los procesos de producción.
Protegiendo el bienestar de los ciudadanos y de sus empleados
Gran parte de nuestra vida transcurre hoy en espacios interiores, por eso es vital que los edificios en los que vivimos, trabajamos o estudiamos ofrezcan seguridad y garanticen nuestro bienestar. Los productos de lana de roca de ROCKWOOL permiten un alto nivel de protección contra el fuego, confort acústico y entornos empoderadores. La empresa lleva años defendiendo una mayor seguridad contra incendios y promoviendo regulaciones de edificios y seguridad en este aspecto.
En cuanto a sus empleados, ROCKWOOL mantiene una firme política a favor de la igualdad y la diversidad en un sector tradicionalmente masculino. A finales de 2018, el 26% de los directivos que ocupaban cargos ejecutivos y mandos medios eran mujeres, porcentaje que se comprometen a incrementar antes de terminar 2020.
ROCKWOOL, un equipo comprometido con la sostenibilidad
La implicación de los empleados en las estrategias medioambientales que guían las acciones de la empresa es fundamental para ROCKWOOL. Así, ha lanzado la campaña iRockGlobalGoals dirigida a sus empleados, con el objetivo de crear un sentido de responsabilidad comunitaria y personal de las soluciones ROCKWOOL en relación con los objetivos globales. La campaña, que ha conseguido un alto nivel de participación, fue impulsada por 30 trabajadores que actuaron como embajadores y se consiguió un alto nivel de participación. Como resultado, se aumentó la sensibilización de los empleados en sus respectivas funciones para avanzar hacia la consecución de los objetivos globales.