Publicado por primera vez en 'The Spectator': https://www.spectator.co.uk/article/learning-the-lessons-of-grenfell-for-good
A lo largo de estas últimas semanas, los fabricantes de los materiales de construcción utilizados en la torre Grenfell han declarado con el fin de ayudar a descubrir el papel que el revestimiento y el aislamiento desempeñaron en el trágico incendio que tuvo lugar en junio de 2017. El comportamiento que presentan los materiales en caso de incendio es una cuestión eminentemente técnica, aunque en este caso es de vital importancia para arrojar luz sobre por qué el fuego se propagó tan rápidamente hacia arriba y alrededor del exterior de la torre Grenfell. Aprender de estos errores nos permitirá saber cómo debemos construir y rehabilitar edificios en el futuro para asegurarnos de que esto no vuelva a suceder.
Una de las afirmaciones formuladas en relación con la investigación que se está llevando a cabo, es que “el resultado del incendio no habría sido diferente" si la torre hubiese usado un aislamiento no combustible en lugar de un aislamiento combustible. Esta afirmación ignora los hechos y enmascara las verdades fundamentales sobre cómo se comportan el aislamiento combustible y el no combustible.
El aislamiento combustible, como el utilizado en la torre Grenfell, puede desempeñar un papel importante durante un incendio en un edificio. En primer lugar, el aislamiento de espuma plástica es combustible y constituye una ‘carga de combustible’. Un estudio de la Universidad de Milán reveló que, en un edificio de dimensiones similares a la torre Grenfell, la combinación de un aislamiento plástico combustible con un revestimiento de los varios tipos que se encontraron en la torre suministraría una carga equivalente cercana a 30.000 litros de gasolina; dos tercios de esta carga combustible provendría del aislamiento y un tercio del revestimiento.
Es más, cuando quema, el aislamiento de espuma plástica también emite gases y humos tóxicos. El profesor David Purser, testigo que participó en la investigación de Grenfell en calidad de experto, describió el aislamiento como la ‘principal fuente de partículas de humo, monóxido de carbono y cianuro de hidrógeno’ durante los ‘inicios del incendio exterior’ que se declaró en la torre Grenfell. El humo y los gases tóxicos son extremadamente peligrosos, hasta el punto de ser responsables de más de la mitad de las víctimas mortales de los incendios que se declaran en edificios del Reino Unido, lo que llevó al profesor Purser a concluir que "es probable que hubieran contribuido a la incapacitación y la muerte de los ocupantes de los apartamentos".
¿En qué podría haber diferido el resultado del incendio si el edificio hubiera dispuesto de aislamiento no combustible? La experiencia internacional demuestra que cuando se han declarado incendios en edificios de gran altura construidos con una combinación de aislamiento no combustible y revestimiento combustible, los resultados son mucho menos devastadores. Los incendios en la torre Lacrosse de Melbourne y en la torre Polat de Estambul demuestran que el aislamiento no combustible desempeña un papel importante en la protección de un edificio durante un incendio en la fachada. Aunque estas torres sufrieron daños externos, los incendios no se cobraron vidas humanas y los edificios fueron restaurados.
Si la torre Grenfell hubiera estado equipada con aislamiento no combustible, el fuego habría sido alimentado en menor medida, reduciendo el riesgo de que pudieran producirse incendios secundarios debido a la menor carga de combustible. Asimismo, el fuego también habría emitido mucho menos humo tóxico. Así pues, lejos de no existir ninguna diferencia, es más que razonable pensar que el uso de un aislamiento no combustible sí que hubiera proporcionado a los residentes mayores probabilidades de escapar del edificio.
Todo esto tiene lugar en el contexto de un sistema fallido. La investigación sobre el incendio de la torre Grenfell ha podido escuchar las sorprendentes declaraciones de testigos que han afirmado que ciertos fabricantes de aislamientos combustibles falsificaron las pruebas a través de alterar el aislamiento combustible con productos químicos retardantes de llama o, incluso, manipulando el mismo proceso de ensayo contra incendios. Por ejemplo, la investigación escuchó testimonios que afirmaron que algunos de estos fabricantes, ya durante años previos a Grenfell, manipulaban los test para permitir que los productos combustibles superaran los ensayos a gran escala y, de este modo, poder presentar sus productos como productos que cumplían con las normativas sobre construcción. Esto incluye productos de aislamiento encontrados en Grenfell, con testigos de las empresas implicadas admitiendo que las pruebas se diseñaban deliberadamente para obtener la aprobación necesaria que les permitiera vender productos combustibles en edificios de gran altura, a pesar de saber que su uso no era seguro y que los productos de aislamiento ensayados no eran los mismos que los vendidos a los clientes.
El gobierno del Reino Unido ha tomado importantes medidas para prohibir el uso de materiales combustibles en edificios residenciales de más de 18 metros de altura. No solo ha sido la decisión correcta, sino que la ampliación de esta prohibición a todos los edificios de gran altura y alto riesgo protegería todavía más la seguridad de los ciudadanos. Ahora es crucial que el gobierno priorice la seguridad pública y no se rinda a las presiones que pretenden revertir esta decisión para que la nueva normativa acabe siendo una nueva versión del antiguo sistema que permitía el uso de materiales combustibles en estos edificios. ¿Por qué arriesgarnos a hacer lo contrario?
Darryl Matthews, Managing Director of ROCKWOOL Ltd