La ganadora de la segunda edición de los Premios ROCKWOOL de Sostenibilidad ha sido Macarena González, alumna de último curso de Arquitectura de UIC Barcelona, por su proyecto “E! Mobility”. González ha ideado en su Trabajo Final de Grado (TFG) un edificio que funciona como una planta de reciclaje y producción de baterías para vehículos de movilidad personal.
El jurado ha valorado el reto de haber trabajado con prexistencias, y la rigurosidad en los cálculos energéticos del antes y después de la intervención Ha destacado también la flexibilidad y calidad de los espacios, la integración del edificio en el entorno y el hecho de que consigue cubrir con energías renovables más del 60% de sus necesidades.
El segundo premio lo ha recibido Yamil Chapoñan por su proyecto de invernadero vertical “Grower”. El jurado ha destacado su apuesta por hacer compatible la agricultura con la trama urbana en densidad, la preocupación y las propuestas técnicas por limitar el consumo de agua en el sector agrícola, y la profundización en la huella de carbono de todo el ciclo de vida. Además, Chapoñan ha desarrollado una herramienta para el cálculo de huella de carbono, dentro del programa Building Life, becado por Green Building Council España.
Estos premios reconocen los Trabajos de Final de Grado de Arquitectura de UIC Barcelona que mejores soluciones incorporan en el ámbito de la sostenibilidad, de forma coherente y desde la concepción inicial del proyecto.
El jurado lo formaron Sandra Bestraten, presidenta de la Demarcación de Barcelona del Colegio de Arquitectos de Cataluña (COAC); Greta Tresserra, vocal de Sostenibilidad, Innovación e Internacional del COAC; Jordi Guivernau, arquitecto por UIC Barcelona y miembro del Departamento Técnico de ROCKWOOL; Teresa Batlle, Picharchitects/Pich-Aguilera, coordinadores desde el año 2013 de los Premios de Sostenibilidad de los Trabajos de Final de Grado (TFG), y Mauro Manca, profesor de UIC Barcelona, arquitecto e ingeniero civil-medioambiental.
Sandra Bestraten destaca “la valentía de los proyectos. Han trabajado estrategias que abordan temas muy actuales, como son la descarbonización, las baterías o la alimentación de proximidad. En muchas ocasiones recuperan edificios existentes obsoletos o en desuso… y no hay nada más sostenible que aprovechar y dotar de dignidad arquitectónica un edificio existente”.
Jordi Guivernau explica que el objetivo del premio otorgado es “cerrar el ciclo formativo de los futuros arquitectos, poniendo en valor la criticidad del impacto medioambiental de sus proyectos a lo largo del ciclo de vida de un edificio. En la actualidad, la aproximación regulatoria sectorial a la sostenibilidad se centra en la fase de uso del edificio. Con estos premios, y desde el punto de vista de las emisiones de GEI, valoramos que también se tengan en cuenta los impactos del proceso de construcción, de los materiales usados y de la fase de demolición y reciclaje”.